Sube una wawita vestida de amarillo
limón, amarillo canario, amarillo verano mediodía.
Voy de regreso a casa en un minibús.
Me desperté en la cama de Materia Gris, voy pegando pedacitos de
noche en mi mente como montando un puzzle. Me desperte en Materia
Gris. La Matecha estaba acostada conmigo en la pequeña cama de la
habitación de la residencia, escucho de fondo alguien que llega, una
mujer, no recuerdo su nombre (pero sé que en ese momento pense que es
alguien al que hace tiempo quiero conocer), la saca de la cama,
Matecha, dice con voz optimista, vamos a desayunar!
Matecha sale de la cama, hay mas
gente rondando afuera en la sala de exposición, se van a desayunar,
yo me hago el dormido, me apetece quedarme, no tengo ganas de
socializar a las no sé qué de la mañana, duermo un cachito más.
Despierto más tarde, han cerrado la
puerta de la calle, no tengo batería en el celu, no puedo avisar a
nadie, reniego un poco, intento abrir la puerta con mañas pero no
da, me hago un café, espero.
Finalmente sale la empleada de la
limpieza del estudio de Tony, toc toc toc golpeo el vidrio que da a
la calle, me mira, sorprendida, le hago señas de que me quede
encerrado y que llame arriba, me entiende, a los dos minutos aparece
el hijo de Matecha con su sonrisa perenne, Francisco, te quedaste
encerrado, termino mi café charlando con él, le pregunto la hora,
deben ser más de las doce contesta... me encanta la gente sin reloj.
Bajo hacia Isabel la Católica,
compro un cigarrillo suelto en la caserita de enfrente del Hilton, lo
fumo sentado al comienzo de la Arce mirando la tremenda trancadera
que siempre se forma a mediodía.
Lo termino como flotando en una nube
de restos de alcohol y el chute de nicotina.
Pienso que que bueno que este nublado
che.
Paro un minibús.
Sube un poquito mas adelante la niña
amarillo limon con su vestido canario de cuadritos diminutos, blanco
amarillo blanco amarillo blanco amarillo hasta el su pequeño
infinito.
Lo que resta hasta Yanacocha continuo
con mi particular puzzle mental de la noche que ya es buenas tardes.
Me alucina que en un país que es tan
informal para las horas la gente sea tan formal para dar los buenos
días y las buenas tardes. A las doce y pocos minutos puedes
encontrarte alguien que sube al mini despistado y dice buenos días,
buenas tardes escucharás a alguien como ofendido. Cómo no vas a
saber que ya paso el mediodía. Luego esa misma persona llegara tres
cuartos de hora tarde a una cita. No problem, hora paceña.
Llego a casa, a mi Yanacocha una
cuadra mas arriba de Catacora. Me miro en el espejito del baño.
Me gusta y no me gusta.
Me quedo con el me gusta y despues de
sacarme el sueter a rayitas rojas y café con leche con mucha leche
me bajo hasta Catacora de nuevo a compra una botella de blanco.
Me pongo a escribir.
Me gusta escribir volviendo de
Materia Gris, me gusta abrir un blanco, sacar del armario un paquete
de Derby, continuar la noche que ya no es noche mientras siento los
cambios de luz que se cuelan por mi ventana, detrás de las cortinas,
ahora nube, ahora sol puro, otra vez nube, otra vez sol...
Enciendo el celu, llamadas perdidas,
la Mare que me manda whatsaps...
Estoy medio en pedo, pero contesto,
me rio tanto cuando leo su mensaje que no puedo hacer otra cosa...
Sempre vestida de lampareta dice
Y se rie...
La Mare, como la extraño, sus
salidas
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