lunes, 21 de diciembre de 2015

despertar en Materia Gris

  Sube una wawita vestida de amarillo limón, amarillo canario, amarillo verano mediodía.

   Voy de regreso a casa en un minibús. Me desperté en la cama de Materia Gris, voy pegando pedacitos de noche en mi mente como montando un puzzle. Me desperte en Materia Gris. La Matecha estaba acostada conmigo en la pequeña cama de la habitación de la residencia, escucho de fondo alguien que llega, una mujer, no recuerdo su nombre (pero sé que en ese momento pense que es alguien al que hace tiempo quiero conocer), la saca de la cama, Matecha, dice con voz optimista, vamos a desayunar!

   Matecha sale de la cama, hay mas gente rondando afuera en la sala de exposición, se van a desayunar, yo me hago el dormido, me apetece quedarme, no tengo ganas de socializar a las no sé qué de la mañana, duermo un cachito más.

   Despierto más tarde, han cerrado la puerta de la calle, no tengo batería en el celu, no puedo avisar a nadie, reniego un poco, intento abrir la puerta con mañas pero no da, me hago un café, espero.

   Finalmente sale la empleada de la limpieza del estudio de Tony, toc toc toc golpeo el vidrio que da a la calle, me mira, sorprendida, le hago señas de que me quede encerrado y que llame arriba, me entiende, a los dos minutos aparece el hijo de Matecha con su sonrisa perenne, Francisco, te quedaste encerrado, termino mi café charlando con él, le pregunto la hora, deben ser más de las doce contesta... me encanta la gente sin reloj.

   Bajo hacia Isabel la Católica, compro un cigarrillo suelto en la caserita de enfrente del Hilton, lo fumo sentado al comienzo de la Arce mirando la tremenda trancadera que siempre se forma a mediodía.

   Lo termino como flotando en una nube de restos de alcohol y el chute de nicotina.

   Pienso que que bueno que este nublado che.

   Paro un minibús.

   Sube un poquito mas adelante la niña amarillo limon con su vestido canario de cuadritos diminutos, blanco amarillo blanco amarillo blanco amarillo hasta el su pequeño infinito.

   Lo que resta hasta Yanacocha continuo con mi particular puzzle mental de la noche que ya es buenas tardes.

   Me alucina que en un país que es tan informal para las horas la gente sea tan formal para dar los buenos días y las buenas tardes. A las doce y pocos minutos puedes encontrarte alguien que sube al mini despistado y dice buenos días, buenas tardes escucharás a alguien como ofendido. Cómo no vas a saber que ya paso el mediodía. Luego esa misma persona llegara tres cuartos de hora tarde a una cita. No problem, hora paceña.

   Llego a casa, a mi Yanacocha una cuadra mas arriba de Catacora. Me miro en el espejito del baño.

   Me gusta y no me gusta.

   Me quedo con el me gusta y despues de sacarme el sueter a rayitas rojas y café con leche con mucha leche me bajo hasta Catacora de nuevo a compra una botella de blanco.

   Me pongo a escribir.

   Me gusta escribir volviendo de Materia Gris, me gusta abrir un blanco, sacar del armario un paquete de Derby, continuar la noche que ya no es noche mientras siento los cambios de luz que se cuelan por mi ventana, detrás de las cortinas, ahora nube, ahora sol puro, otra vez nube, otra vez sol...

   Enciendo el celu, llamadas perdidas, la Mare que me manda whatsaps...

   Estoy medio en pedo, pero contesto, me rio tanto cuando leo su mensaje que no puedo hacer otra cosa...

   Sempre vestida de lampareta dice

   Y se rie...

   La Mare, como la extraño, sus salidas




  

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