martes, 27 de mayo de 2014

la muerte en venecia (o mi pequeño tadziu)





fotograma de la muerte en venecia, de luchino visconti


"Y alternando cumplidos con toda suerte de bromas e ingeniosos galanteos, Sócrates instruía a Fredo sobre el deseo y la virtud. Le hablaba de los ardientes temores que padece el hombre sensible cuando sus ojos contemplan un símbolo de Belleza eterna; le hablaba de los apetitos del no iniciado, del hombre malo que no puede pensar en la Belleza cuando ve su reflejo y es, por tanto, incapaz de venerarla; le hablaba del terror sagrado que invade al hombre de sentimientos nobles cuando se les presenta un rostro semejante al de los dioses, un cuerpo perfecto, de cómo un temblor le recorre y, fuera de sí, apenas sí se atreve a mirarlo, y venera al que posee la belleza y hasta le ofrendaría sacrificios como a una columna votiva si no temiera por pasar por insensato a los ojos de los hombres. Porque la Belleza, Fredo mío, y sólo ella es a la vez visible y digna de ser amada: es, tenlo muy presente, la única forma de lo espiritual que podemos aprehender y tolerar con los sentidos. Pues, ¿qué sería de nosotros si las demás formas de lo divino, si la Razón, la Virtud o la Verdad quisieran revelarse a nuestros sentidos? ¿Acaso no pereceríamos y nos consumiríamos de amor como Semele al contemplar a Zeus? La Belleza es, pues, el camino del hombre sensible hacia el espíritu…, sólo el camino, un simple medio, mi pequeño Fredo… Y el taimado cortejador añadió luego su idea más refinada: que el amante es más divino que el amado, porque el dios habita en él y no en el otro…, acaso el pensamiento más tierno y burlón jamás concebido por alguien, y del cual brotan toda la picardía y la más misteriosa e íntima voluptuosidad del deseo." thomas mann, la muerte en venecia.

  yo tengo mi propio tadziu... bueno... el mio es infinitamente mas hermoso que el de visconti...

arun, mi pequeño tadziu




No hay comentarios:

Publicar un comentario